Abstraída al despertar y ante el fulgor de tus ojos,
Sentí correr a su antojo, en mi cuerpo, luz de plata.
Olas del mar, que escuchaba,
como dulce melodía,
destellos de la osadía, que a mi Alma embelesaba.
Recuento de tanto amor, encerrado en mil vasijas,
que no dejaban caer, del silencio, mis desdichas.
Anhelos empantanados, entre el deber y la pena,
sentimiento prolongado, producto de tanta espera.
Querer, sólo es el sueño que atormentando la vida,
cada noche y cada día,
espera que tu presencia,
en un rasgo de inconsciencia, aproxime junto a mí.
Solamente soy feliz, creyendo verte un momento.
Nada ni nadie
propone, ni pregunta, si me agrada,
cada instante que me daña, tan lejos estés de mí.
El destino condena, otras veces satisface, más hoy,
cuanta falta me haces, sabes ¿Cuánto preciso de ti?
Pero nada ya podrá, nuestro camino, fue trazado,
que a ti y a mí
tocará. Energía que acompaña,
canales de nuestras
venas, unidas enredaderas,
¿Quién podría separar? Eres un todo en mi andar.