Nadie se interpondrá en nuestras vidas caminos elegidos,
que llegaran a
juntarse, en eterna sed y anhelos. Deseos,
presentidos, imaginar el latido que del corazón estremece.
Herida es recordarte, gritar tu nombre en silencio, besarte.
Todo sueño que aparece, que sello en la mente al mirarte.
Acariciando tu rostro, mil veces, por el deseo de amarte.
Sí,
mil veces deseando en la sed del Alma, me hables, abraces.
Queda la mente, inundada de aroma a rosas, que me dejaste.
Vida de mi vida, por qué dime por qué, esta sensación
aparece,
como sombra, se va y deja el dolor de tu ausencia ¡ estás lo
sé ¡
Crees me conforma no
tenerte junto a mí, horas inciertas, pena
Inmensa pena, tanto te llamo, te busco ¿acaso imaginas
cuánto?
El dolor del amor, amor delirio, y locura, descontrolada pasión.
Sucesión de actos, sin meditar. Sentir que deshilvana el pensar,
carencia de la templanza, locura innata, desesperanza e ilusión.
Es el amor, ráfaga potente, que enciende, que arrogante mata.
Así cuando el amor
llega, el pensamiento huye, escapa, miedo,
miedo al dolor y
a la pena. Sentir con las
fuerzas que nacen,
que es necedad pensar, destruir lo más bello que tiene la
vida,
ha llegado, ese don preciado a veces destruye, otras
construye.