de un amor que ya imagino, nunca podre olvidar.
Recordando caminando, momentos inolvidables,
cuando mirando tus ojos, creí, el cielo encontrar.
Tus manos apretaste, las mías que respondieron,
sin fin de goces que hicieron, en la noche sensación.
Luego el abrazo profundo, con mezcla de sortilegio,
fueron el marco perfecto, para sellar nuestro amor.
Si partes, testigo soy
y lo seré mientras viva.
Escapar, sólo es huída o quizás será crueldad.
Porque amar es verdad, que se lleva en el Alma,
Y no sabe de reproches, tampoco de humillación.
Te quiero, cuántas veces he sentido que el olvido
es esa lágrima herida, que atraviesa el corazón.
Siempre esperando que en la ausencia, acerques,
abrazarnos tiernamente con ternura y con pasión.
No peco, ni así lo creo. Simplemente cuando siento,
expreso mi devoción. Eres quién llenó
de virtudes,
una esperanza muerta.
Despertando, del letargo,
una vida iluminaste,
con alegría y mucha emoción.
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