Adormecida te vi. Al despertar, dónde estabas.
Mi corazón palpitaba, tarareando las canciones,
que siento por ese hombre, que robó mi corazón.
Es que estás a mi lado, compartiendo mi pasión.
Amor querido te espero, en nubes de terciopelo,
en este aire que respiro. La vida, sólo es hastío,
sin presencia necesaria, para alejar la nostalgia;
necesito desahogarme, en tu caricia que abraza.
No puedo calmar la sed, tu nombre ya veo escrito,
en distintos desafíos, en que el destino me arrastra.
Eres el fuego, la braza, cenizas que así se esparcen,
en deseo de tenerte,
gozarte y morder tu boca.
Este deseo provoca, trato de poner un fin, locura,
desvarío, produce querer así. Trato poder manejar
designios siempre
buscan, ideas que trastornan,
cuando deseo afanosa, recobrar la paz que añoro.
Eres fuerte y a tu antojo, me manejas cuando quieres,
mi razón, no me acompaña, en este devenir que crece,
enfermedad incurable, se llama quererte así. Ruego
mi energía, a ti se
acople, para junto a mí, ser feliz.
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